domingo, enero 20, 2008

Recuerdos de adolescencia

Buscando qué publicar este día, encontré entre mis papeles una hoja de roneo, que decía: Bárbara Jerez 1ºMB, en el centro: Capítulo 7, "Rayuela", en el lado superior derecho entre paréntesis Julio Cortázar.

Fue entonces que volví a mi colegio, Kingston College, o la cárcel de niños como le llamábamos, en ese entonces, porque recién habíamos llegado a la nueva construcción, pues antes estaba ubicado en Orompello, donde hoy está la Universidad de La república.Por motivo del poco espacio, el directorio del colegio decidió que teníamos que cambiarnos. La generación de la que provengo, creció escuchando de la familia kingstoniana, pues nuestro hogar crecería y bla, bla, bla.

Finalmente, el año 1997, nos cambíamos de casa. Llegamos a las lomas de San Andrés, cerca del aeropuerto Carriel sur. No había duda que nuestro colegio no era el mismo, más espacio, más lugares para transgredir. Pero no sólo en eso cambió, también cambió el nivel del colegio. Antes estaba destinado, a aquellos padres de clase media que querían darle una buena educación a sus hijos e hijas, con el cambio los destinatarios eran otros. En los pasillos ya no se escuchaban las mismas expresiones, el mismo tono de hablar,las conversaciones tenían otros temas.

En fin, el cambio me afectó, no soportaba escuchar a mis nuevos compañeros jactándose de lo que no era suyo, de lo que tenían , de lo que eran sus padres. Bueno, no todos eran así, pero la mayoría empezó a caer en el juego.

Estando en estas circunstancias, leer para mí fue mi refugio, mi espacio vital, y mis profesores, sin darse cuenta o notándolo, me ayudaban y me incentivaban.
Ahora que tengo esta hoja de una actividad del Profesor Pellerano, me acuerdo que fue la primera vez que llegó a mis manos algo de Cortázar, no sabía quién era , de dónde, no tenía idea de nada. Me acuerdo que me acerqué a mi profesor y le comuniqué mis dudas, porque no podía comenzar la lectura, pues la curiosidad me mataba. Me acuerdo que el profe me dijo:-¡Ay, Bárbara Jerez!Siempre te mata la curiosidad, parece que eres la única que no lo conoce. Entonces les preguntaba a mis compañeros quién lo conocía, nadie respondía. Silencio absoluto.Así se iniciaba la clase, mis compañeros, me decían buena Bárbara y los miraba(era el grupito de atrás) con rabia y lo único que decía: - Me dan pena.

Cuando leí este capítulo, lo único que quería era encontrar este libro y comprarlo. Aluciné años. Se lo pedía a mi padre, pero él nunca me tomó en cuenta, me decía: -Lee a Borges primero. Y pasaban los años, cumpleaños, navidades, onomásticos, etc. y el libro no llegaba. Hasta que, un día 27 de junio de 2007, mi padre me entrega un paquete y yo qué es, ábrelo. Cuando descubrí que era el libro que más deseé en mi adolescencia, es que eran gritos y le di un abrazo , de esos abrazos de corazón, fuertes , apretados. Me acuerdo que me dijo, me demoré porque quería que tuvieras una edición de calidad, tú más que nadie sabes como soy en ese aspecto.

En fin, nunca una lectura fragmentada me había cautivado tanto. Ahora les dejo ese extracto que leí y que aún tengo. Muchas gracias Profesor Pellerano. Quizás nos encontramos nuevamente en la Universidad.

CAPÍTULO 7

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más cerca y entonces jugando al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí. se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absober simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.
(-8)

3 comentarios:

poettissa dijo...

paradójicamente el grupito de atrás pasó a ser el grupo de mis mejores amigos. Ja, ja, ja.

Sebastián dijo...

Al leer acá recordé el profe de Castellano que tuve en 2do medio. Él nos envolvió con su realismo mágico y todos terminamos adorando a todos los escritores del boom.

Creo -lejos- él me motivo nuevamente por la lectura en aquellos años de adolescente en los que uno no toma ningún libro.


Ahora... en esta etapa de la vida también me he sentido inspirado a leer más: Mi hermana con su fanatísmo y tu con tu poesía me volvieron a cautivar con la lectura literaria.

Ya no más libros de signal processing para relajarme, sino que libros que me completen =)


Un abrazote!

poettissa dijo...

Gracias por tus palabras, tampoco esperaba que influir en ti, pero es bueno que conozcas otras de narrar, todas las variantes que tiene la literatura. ser capaces de eso nos abre una puerta a otra dimensión y se amplían nuestros horizontes.