martes, julio 28, 2015

Museos Chilenos que ahora son Gratuitos

Cuáles son los Museos Chilenos que ahora son Gratuitos

Ya no hay excusa para no tener una tarde cultural con la familia: desde el martes 3 de marzo un total de 26 museos en 13 regiones del país son de acceso gratuito para la ciudadanía y los visitantes en general. Esta medida se anunció en noviembre del año pasado por la Presidenta Michelle Bachelet y tiene como objetivo acercar a la gente con el patrimonio nacional y cultural.
Los recintos pertenecen a la red de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam) desplegados desde Antofagasta hasta Magallanes. Recuerda: los museos habitualmente abren entre martes y domingo, y permanecen cerrados los lunes para cumplir con trabajos de limpieza y restauración.
El listado de museos chilenos gratuitos es el siguiente:
MUSEOS NACIONALES
1- Museo Nacional de Historia Natural (Santiago)
2- Museo Nacional de Bellas Artes (Santiago)
3- Museo Histórico Nacional (Santiago)

ZONA NORTE
4- Museo de Antofagasta (Antofagasta)
5- Museo Regional de Atacama (Copiapó)
6- Museo Arqueológico de La Serena (La Serena)
7- Museo Histórico Gabriel González Videla (La Serena)
8- Museo Gabriela Mistral (Vicuña)
9- Museo del Limarí (Ovalle)

ZONA CENTRO
10- Museo Antropológico P. Sebastián Englert (Isla de Pascua)
11- Museo de Historia Natural de Valparaíso (Valparaíso)
12- Museo de Artes Decorativas (Santiago)
13- Museo Histórico Dominico (Santiago)
14- Museo de la Educación Gabriela Mistral (Santiago)
15- Museo Benjamín Vicuña Mackenna (Santiago)
16- Museo Regional de Rancagua (Rancagua)
17- Museo O'Higginiano y de Bellas Artes de Talca (Talca)
18- Museo de Arte y Artesanía de Linares (Linares)
19- Museo Histórico de Yerbas Buenas (Yerbas Buenas)

ZONA SUR
20- Museo de Historia Natural de Concepción (Concepción)
21- Museo Mapuche de Cañete (Cañete)
22- Museo Regional de La Araucanía (Temuco)
23- Museo de Sitio Castillo de Niebla (Valdivia)
24- Museo Regional de Ancud (Chiloé)
25- Museo Regional de Magallanes (Punta Arenas)
26- Museo Antropológico Martín Gusinde (Puerto Williams)

sábado, julio 25, 2015

Sólo para

Me adhiero a ti como el musgo a la piedra

Me fusiono como un metal noble

Me transporto como un pasajero

Sólo para que tus manos

tracen cada capa de mi piel


Me deslizo como el rocío de cada madrugada

Me camuflo como un animal salvaje

Me ilumino como el cielo después del aguacero

Sólo para sentir lo profundo

de nuestro amor

miércoles, julio 22, 2015

Nano Stern - Mil 500 Vueltas (Full Álbum)








00:00 - 01 - Mil 500 Vueltas
03:00 - 02 - Dando Vueltas
07:15 - 03 - Ser Pequeño (con Jorge Drexler)
11:38 - 04 - Pasa el Tiempo
16:20 - 05 - Vapor
19:36 - 06 - Todo Canta (Con Beatriz Pichimalen)
24:15 - 07 - Árbol del Bosque (con Vero Soffia)
28:37 - 08 - Festejo de Color (con Susana Baca, Marta Gómez y Pedro Aznar)
32:15 - 09 - La Serotonina
35:29 - 10 - Corta las Cuerdas
38:59 - 11 - Las Venas (Con Joan Baez)
43:37 - 12 - La Confianza
48:17 - 13 - Ley de Vida
51:56 - 14 - Plegaria para Después de la Lluvia

Todas las canciones compuestas y escritas por Nano Stern
Nano: Canto, Guitarras Acústicas, Steel y Eléctricas. Violín en 3, 8, 9 Acordeón en 8. Nyckelharpa en 12. Cuatro en 8. Balón de Gas en 9
Patricio Rojas: Bajo y Contrabajo
Cristian Carvacho: Percusiones, Charango
Magdalena Rust: Cello y Coros en 5, 8, 9,13
Carlos Cortéz: Batería, Campana en 13
Javier Cornejo: Piano, Teclados, Violín en 1, 2, 3, 4, 10
Inti González: Guitarra Eléctrica en 1 y 10. Acordeón en 11
Alejandro Pino: Flugelhorn en 3, 4, 12. Trompeta en 9, 10
Alfredo Tauber: Trombón en 2, 4, 9, 10
Hermes Villalobos: Flauta Traversa en 1, 3, 5, 10
Raimundo Santander: Guitarra eléctrica en 7, 9, 14
Simón González: Guitarra en 11 y 14
Claudia Stern: Coros en 8, 9, 13
Andrés Pérez: Saxo Soprano en 5
Ana Elena Schalk: Coros en 5, 8, 9, 13
Carolina Campos: Coros en 5, 8, 9, 13
Alfonso Pérez: Coros en 5, 8, 9, 13
Jerónimo Carrasco: Coros en 5
Gabriel Carrasco: Coros en 5
Diana Brown: Violín en 6
Lolita Ponce: Violín en 6
Manuela Rocha: Viola en 6
Verónica Soffia: Canto en 7
Beatríz Pichimalén: Canto en 6
Marta Gómez: Canto en 8
Susana Baca: Canto en 8
Pedro Aznar: Canto en 8
Jorge Drexler: Canto en 3
Joan Baez: Canto en 11

Producido por Nano Stern
Grabado por Alfonso Pérez en Madreselva, Santiago de Chile.
Mezclado por Matías Cella en Romaphonic, Buenos Aires, Argentina.
Materizado por Tom Baker en Baker Mastering, Los Ángeles, California.

Grabaciones adicionales:
Joan Baez grabada por Ben Leinbach en San Anselmo, California.
Jorge Drexler grabado por Matías Cella en “Hotel Fauna”, Valparaíso.
Marta Gómez grabada por Gaddafi Núñez en “La Ollita Records”, Barcelona.
Susana Baca grabada por Óscar Huaranga en Bambú Records, Lima.
Pedro Aznar y Beatríz Pichimalén grabados por Matías Cella en Romaphonic, Buenos Aires.
Texto en "Todo Canta" traducido al Mapudugún por Víctor Cifuentes Palacios.

Arte y diseño: Elisa Dublanc.
Producción Ejecutiva: Juan Carlos Olivares y Brian Dubb.
Asistente de producción: Fernando Costa.



Raúl Zurita




El año 1979 apareció un libro de poesía que desconcertó tanto a lectores como a críticos de la época: el texto se titulaba Purgatorio, haciendo alusión directa a La divina comedia de Dante. En la tapa, una foto en blanco y negro mostraba un acercamiento de la mejilla del autor -el poeta Raúl Zurita- con una profunda huella como depresión geológica, que era, finalmente, la cicatriz de una quemadura autoinfligida en su rostro. En la contratapa se leía: "Y ahora, Zurita, que rapado y quemado te hace el arte".





Este libro constituyó el primer paso de un proyecto de restituir la vida del autor -su mente, su cuerpo, su martirio- en la poesía, a la manera de Antonin Artaud y los postulados de André Breton en los Manifiestos surrealistas de 1924. Abolir los mal llamados contrarios, era la consigna de las primeras vanguardias que recoge Raúl Zurita, con otros poetas de la Generación del 1980, como Diego Maquieira, Gonzalo Muñoz y Carlos Cociña, entre otros, para forjar un movimiento que se conoció como "Neovanguardia" o "Escena de avanzada", y que, finalmente, fue una forma de resistencia al régimen totalitario de la época. Tal vez no haya un antes o un después de Zurita, pero su gesto, literario y artístico, constituyó un gesto radical y trasgresor no producido desde 1973.




Raúl Zurita nació en Santiago en 1951, y estudió ingeniería en estructuras metálicas en la Universidad Federico Santa María de Valparaíso. Fue en esta misma ciudad donde, a comienzos de la década de 1970, conoció a Juan Luis Martínez, junto a quien desarrolló una intensa actividad creativa. En forma paralela, fue un activo integrante del Colectivo de Acciones de Arte (CADA), también integrado por Diamela Eltit, Lotty Rossenfeld, Fernando Balcells y Juan Castillo.




La revista Manuscritos, dirigida por Cristián Huneeus y editada por Ronald Kay en el Departamento de Estudios Humanísticos de la Universidad de Chile, sirvió de soporte para su primera publicación en 1974: la serie "Áreas verdes". Sus dos primeros libros, Purgatorio y Anteparaíso (1982), presentan en opinión deRodrigo Cánovas, una liberación de los códigos represivos que a través de la historia han tratado de subyugar al lenguaje. En Purgatorio, el poeta asume la tarea de crear una obra impersonal, un híbrido entre el lenguaje poético, el código de los teoremas matemáticos y de los enunciados lógicos, que cuestiona la realidad existencial y social. Para Anteparaíso, en tanto, reservó Zurita el viaje existencial, el tránsito del dolor a la gloria, la incursión en la angustia humana, expresada a través de una innovadora poética, producto de su libre imaginación y la relación textual con obras claves de la literatura universal, como la citadaComedia de Dante Alighieri, o textos prehispánicos, como el Popol Vuh de la tradición maya-quiché o una particular relectura de Canto general de Pablo Neruda. En 1983, Raúl Zurita publica su ensayo "Literatura, lenguaje y sociedad", en el que desarrolla el planteamiento orgánico de su proyecto estético, que está cruzado por estos tres ejes constantemente.




Tres años más tarde, la incursión en el motivo de la angustia humana se vio intensificada de un modo más colectivo en Canto a su amor desaparecido. En él, el autor nos hace partícipes del dolor y de la muerte, de la violencia y de la soledad, reflejo del contexto político por el que atravesaba Chile en 1985. Dos años más tarde, retoma estos motivos en El amor de Chile, relacionándolos esta vez con la geografía de nuestro país.





En el año 2000, Zurita recibió el Premio Nacional de Literatura. Dos años después comenzó a escribir Zurita(2011), obra considerada por la critica especializada como un "evento literario". En este libro de casi 800 páginas, cuya elaboración le tomó diez años, Zurita da cuenta de la desolación en un relato poético que tiene como fondo las horas previas al 11 de septiembre de 1973.
Fuente: Memoria Chilena


AMADAS PLAYAS QUE RUEGAN


Aquí llegamos entonces los ríos a decir,
toda la nieve, todas las cosas llegamos,
las anchas nuevas de los hombre, los aires,
aquí llegamos a decir el amor de estas playas
Qué todo vuelva y vuelva entonces:
las cordilleras y las cumbres del Océano
y cuando Chile que había estado ciego
vuelva a ser
que ve de nuevo el fulgor de estas costas
Que aquí reconozcan todas las cosas;
que reconozcas  tú, cada uno de ustedes
con algo de estos poemas,
con algo del nuevo mar tiñéndose en el 
        horizonte




martes, julio 21, 2015

Nada más que hacer

La noche está perfecta

gélida y solitaria

invita a los cuerpos a buscar calor

mientras tanto nos engañamos conversando

bebiendo vino

y comiendo

pero nuestras manos se adelantan

nuestras miradas se insinúan

ya no hay nada  más que hacer

viernes, julio 17, 2015

Roberto Bolaño

A veces me creía pésimo, a veces fracasado,
pero siempre un escritor.

Roberto Bolaño




Roberto Bolaño, a los quince años decidió que "quería ser escritor" y desde ese momento trabajó con perseverancia única. A esa edad, junto a su familia, se fue de Chile rumbo a México y allí descubrió que su vocación era la literatura.

La patria, para Bolaño adolescente era una fantasía. Así, tras cinco años de residencia en el Distrito Federal,resolvió volver a Chile en los meses previos al golpe de Estado. Realizó un viaje por tierra cruzando toda Latinoamérica, experimentando el retorno desde el territorio de un aventurero. Ese largo recorrido, tenía un sólo objetivo: integrarse a la resistencia de izquierda. Ese tiempo, para Bolaño, fue "un sueño preparatorio" y "con el Golpe empezó la realidad". Tras ser apresado por ocho días, no permaneció por mucho más tiempo en Chile. 

Regresó a México y definitivamente se encauzó en su tarea heroica de convertirse en escritor. Publicó sus primeras obras poéticas y participó activamente de un movimiento de vanguardia, elInfrarrealismo. Sin embargo, en 1977, "hastiado de lo literario" dejó este país y partió a Europa. Los meses siguientes fueron de mucha soledad. Además de viajar por África y países europeos, trabajó en múltiples oficios. Todas estas experiencias las convertiría, más adelante, en materia de su ficción. Así, cada uno de sus libros recogería algún momento vivido, desde su primer viaje a México en adelante. La escritura de Bolaño, pronto se convirtió en el reflejo de su autobiografía y como él mismo declaró: "En gran parte la vida ha nutrido mi literatura".

En 1978 se estableció en España. Esta etapa de Bolaño, aún desconocido, fue de mucho esfuerzo y dificultades económicas. Finalmente, en 1984 salió del anonimato, al publicar su primera novela: Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce, escrita en colaboración del catalán Antoni García Porta. Ese mismo año lanzó La senda de los elefantes, que fue galardonada con el Premio Félix Urabayen.

En 1986 fijó su residencia en Blanes, un pueblo costero cercano a Barcelona. Desde aquí escribió sus obras más importantes, las que le abrieron una puerta en el mercado editorial español. Desde 1993 no cesó de trabajar y su interés por la poesía se mezcló con su incursión en la narrativa, género literario que finalmente lo llevó al éxito. En 1993, publicó Los perros románticos, un libro recopilatorio de su poesía creada entre 1977 y 1990, y una novela, titulada La pista de hielo. Tres años después, presentó sus obras La literatura nazi en América y Estrella distante, y en 1997 publicó su primera compilación de cuentos, titulada Llamadas telefónicas.

El año 1998 fue de reconocimiento para Bolaño. Tras publicar una voluminosa novela titulada Los detectives salvajes, recibió dos importantes distinciones: el XVI Premio Herralde de Novela 1998 y el XI Premio Rómulo Gallegos y en 1999 publicó Amuleto. Ese año, además, visitó Chile, tras veinticinco años de ausencia. A su regreso a España, se dedicó a escribir una novela sobre el ambiente cultural chileno, la que publicó con el nombre de Nocturno de Chile (2000) y en el 2001 Putas Asesinas.

Hasta sus últimos días siguió escribiendo, incluso "consciente de la sombra que la muerte había proyectado sobre él", como señaló su amigo Enrique Vila-Matas. Falleció el 15 de julio del 2003, dejando dos proyecto de obra inconclusos: una voluminosa novela, cuyo título tentativo era 2666 y una compilación de cuentos, editada por Anagrama en septiembre del 2003 con el nombre de El gaucho insufrible. Tras su muerte numerosos homenajes y ensayos fueron publicados por los intelectuales chilenos y españoles en periódicos de todo el mundo.

Fuente: http://www.memoriachilena.cl


Para leer:

La playa

ROBERTO BOLAÑO


Dejé la heroína y volví a mi pueblo y empecé con el tratamiento de metadona que me suministraban en el ambulatorio y poca cosa más tenía que hacer salvo levantarme cada mañana y ver la tele y tratar de dormir por la noche, pero no podía, algo me impedía cerrar los ojos y descansar, y ésa era mi rutina, hasta que un día ya no pude más y me compré un trajebaño negro en una tienda del centro del pueblo y me fui a la playa, con el trajebaño puesto y una toalla y una revista, y puse mi toalla no demasiado cerca del agua y luego me estiré y estuve un rato pensando si darme un baño o no dármelo, se me ocurrían muchas razones para hacerlo, pero también se me ocurrían algunas razones para no hacerlo (los niños que se bañaban en la orilla, por ejemplo), así que al final se me pasó el tiempo y volví a casa, y a la mañana siguiente compré una crema de protección solar y me fui a la playa otra vez, y a eso de las 12 me marché al ambulatorio y me tomé mi dosis de metadona y saludé a algunas caras conocidas, ningún amigo o amiga, sólo caras conocidas de la cola de la metadona que se extrañaron de verme en trajebaño, pero yo como si nada, y luego volví caminando a la playa y esta vez me di el primer chapuzón e intenté nadar, aunque no pude, pero eso ya fue suficiente para mí, y al día siguiente volví a la playa y me volví a untar el cuerpo con protección solar y luego me quedé dormido sobre la arena, y cuando desperté me sentía muy descansado, y no me había quemado la espalda ni nada de nada, y así pasó una semana o tal vez dos semanas, no lo recuerdo, lo único cierto es que cada día yo estaba más moreno y aunque no hablaba con nadie cada día me sentía mejor, o diferente, que no es lo mismo pero que en mi caso se le parecía, y un día apareció en la playa una pareja de viejos, de eso me acuerdo con claridad, se veía que llevaban mucho tiempo juntos, ella era gorda, o rellenita, y debía de andar por los 70 años aproximadamente, y él era flaco, o más que flaco, un esqueleto que caminaba, yo creo que eso fue lo que me llamó la atención, porque por regla general apenas me fijaba en la gente que iba a la playa, pero en éstos me fijé y la causa fue la delgadez del tipo, lo vi y me asusté, coño, es la muerte que viene  por mí, pensé, pero no venía  por mí, sólo era un matrimonio viejo, él de unos 75 y ella de unos 70, o al revés, y ella parecía gozar de buena salud, y él hacía pinta de que iba a palmarla en cualquier momento o de que ése era su último verano, al principio, pasado el primer susto, me costó alejar mi mirada de la cara del viejo, de su calavera apenas recubierta por una delgada capa de piel, pero luego me acostumbré a mirarlos con disimulo, tirado en la arena, bocabajo, con la cara cubierta por los brazos, o desde el paseo, sentado en un banco frente a la playa, mientras fingía que me quitaba la arena del cuerpo, y me acuerdo que la vieja siempre llegaba a la playa con un parasol bajo cuya sombra se metía presurosa, sin bañador, aunque a veces la vi con bañador, pero más usualmente con un vestido de verano, muy amplio, que la hacía parecer menos gorda de lo que era, y bajo el parasol la vieja se pasaba las horas leyendo, llevaba un libro muy grueso, mientras el esqueleto que era su marido se tiraba sobre la arena, vestido únicamente con un trajebaño diminuto, casi un tanga, y absorbía el sol con una voracidad que a mí me traía recuerdos lejanos,de yonquis disfrutando inmóviles, de yonquis concentrados en lo que hacían, en lo único que podían hacer, y entonces a mí me dolía la cabeza y me iba de la playa, comía en el Paseo Marítimo, una tapa de anchoas y una cerveza, y después me ponía a fumar y a mirar la playa a través de los ventanales del bar, y luego volvía y allí seguía el viejo y la vieja, ella debajo de la sombrilla, él expuesto a los rayos del sol, y entonces, de manera irreflexiva, a mí me daban ganas de llorar y me metía en el agua y nadaba, y cuando ya me había alejado bastante de la orilla miraba el sol y me parecía extraño que estuviera allí, esa cosa grande y tan distinta de nosotros, y luego me ponía a nadar hasta la orilla (en dos ocasiones estuve a punto de ahogarme) y cuando llegaba me dejaba caer junto a mi toalla y me quedaba mucho rato respirando con dificultad, pero siempre mirando hacia donde estaban los viejos, y luego tal vez me quedaba dormido tirado en la arena, y cuando me despertaba, la playa ya empezaba a desocuparse, pero los viejos seguían allí, ella con su novela bajo la sombrilla y él bocarriba, en la zona sin sombra, con los ojos cerrados y una expresión rara en su calavera, como si sintiera cada segundo que pasaba y lo disfrutara, aunque los rayos del sol fueran débiles, aunque el sol ya estuviera al otro lado de los edificios de la primera línea de mar, al otro lado de las colinas, pero eso a él parecía no importarle, y entonces, en el momento de despertarme yo lo miraba y miraba el sol, y a veces sentía en la espalda un ligero dolor, como si aquella tarde me hubiera quemado más de la cuenta, y luego los miraba a ellos y luego me levantaba, me ponía la toalla como capa y me iba a sentar en uno de los bancos del Paseo Marítimo, en donde fingía quitarme la arena que no tenía de las piernas, y desde allí, desde esa altura, la visión de la pareja era distinta, me decía a mí mismo que tal vez él no estuviera a punto de morir, me decía a mí mismo que el tiempo tal vez no existía tal como yo creía que existía, reflexionaba sobre el tiempo mientras la lejanía del sol alargaba las sombras de los edificios, y luego me iba a casa y me daba una ducha y miraba mi espalda roja, una espalda que no parecía mía sino de otro tipo, un tipo al que aún tardaría muchos años en conocer, y luego encendía la tele y veía programas que no entendía en absoluto, hasta que me quedaba dormido en el sillón, y al día siguiente vuelta a lo mismo, la playa, el ambulatorio, otra vez la playa, los viejos, una rutina que a veces interrumpía la aparición de otros seres que aparecían en la playa, una mujer, por ejemplo, que siempre estaba de pie, que jamás se recostaba en la arena, que iba vestida con la parte de abajo de un bikini y con una camiseta azul, y que cuando entraba en el mar sólo se mojaba hasta las rodillas, y que leía un libro, como la vieja, pero esta mujer lo leía de pie, y a veces se agachaba, aunque de una manera muy rara, y cogía una botella de pepsi de litro y medio y bebía, de pie, claro, y luego dejaba la botella sobre la toalla, que no sé para qué la había traído si no se tendía nunca sobre ella y tampoco se metía en el agua, y a veces esta mujer me daba miedo, me parecía excesivamente rara, pero la mayoría de las veces sólo me daba pena, y también vi otras cosas extrañas, en la playa siempre pasan cosas así, tal vez porque es el único sitio en donde todos estamos medio desnudos, pero que no tenían demasiada importancia, una vez creí ver a un ex yonqui como yo, mientras caminaba por la orilla, sentado en un montículo de arena con un niño de meses sobre las piernas, y otra vez vi a unas chicas rusas, tres chicas rusas, que probablemente eran putas y que hablaban, las tres, por un teléfono móvil y se reían, pero la verdad es que lo que más me interesaba era la pareja de viejos, en parte porque tenía la impresión de que el viejo se iba a morir en cualquier instante, y cuando pensaba esto, o cuando me daba cuenta de que estaba pensando esto, el resultado era que se me ocurrían ideas disparatadas, como que tras la muerte del viejo iba a ocurrir un maremoto, el pueblo destruido por una ola gigantesca, o como que iba a ponerse a temblar, un terremoto de gran magnitud que haría desaparecer el pueblo entero en medio de una ola de polvo, y cuando pensaba lo que acabo de decir ocultaba la cabeza entre las manos y me ponía a llorar, y mientras lloraba soñaba (o imaginaba) que era de noche, digamos las tres de la mañana, y que yo salía de mi casa y me iba a la playa, y en la playa encontraba al viejo tendido sobre la arena, y en el cielo, junto a las otras estrellas, pero más cerca de la Tierra que las otras estrellas, brillaba un sol negro, un enorme sol negro y silencioso, y yo bajaba a la playa y me tendía también sobre la arena, las dos únicas personas en la playa éramos el viejo y yo, y cuando volvía a abrir los ojos me daba cuenta de que las putas rusas y la chica que siempre estaba de pie y el ex yonqui con el niño en brazos me contemplaban con curiosidad, preguntándose acaso quién podía ser aquel tipo tan raro, el tipo que tenía los hombros y la espalda quemados, y hasta la vieja me observaba desde la frescura de su sombrilla, interrumpida la lectura de su libro interminable por unos segundos, preguntándose tal vez quién era aquel joven que lloraba en silencio, un joven de 35 años que no tenía nada, pero que estaba recobrando la voluntad y el valor y que sabía que aún iba a vivir un tiempo más. 

lunes, julio 13, 2015

Enrique Lihn

LA PIEZA OSCURA


La mixtura del aire en la pieza oscura, como si el cielorraso 
hubiera amenaza una vaga llovizna sangrienta.

De ese licor inhalamos, la nariz sucia, símbolo de inocencia
 y de precocidad juntos para reanudar nuestra lucha en secreto, 
por no sabíamos no ignorábamos qué causa;
juegos de manos y de pies, dos veces villanos, pero igualmente
dulces que una primera pérdida de sangre vengada a dientes
y uñas o, para una muchacha dulces como una primera
efusión de su sangre.

Y así empezó a girar la vieja rueda —símbolo de la vida—
 la rueda que se atasca como si no volara,
entre una y otra generación, en un abrir de ojos brillantes
y un cerrar de ojos opacos con un imperceptible sonido musgoso.
Centrándose en su eje, a imitación de los niños que rodábamos
 de dos en dos, con las orejas rojas—símbolos del pudor
que saborea su ofensa— rabiosamente tiernos,
la rueda dio unas vueltas en falso como en una edad anterior
a la invención de la rueda en el sentido de las manecillas del reloj
 y en su contrasentido.
Por un momento reinó la confusión en el tiempo.
Y yo mordí largamente en el cuello
a mi prima Isabel,en un abrir y cerrar del ojo del que todo lo ve,
como en una edad anterior al pecado pues simulábamos
luchar en la creencia de que esto hacíamos; creencia rayana
en la fe como el juego en la verdad y los hechos se aventuraban
 apenas a desmentirnos
con las orejas rojas.

Dejamos de girar por el suelo, mi primo Ángel vencedor de Paulina,
mi hermana;yo de Isabel, envueltas ambas ninfas en un capullo
 de frazadas que las hacía estornudar—olor a naftalina en la pelusa del fruto—.
Esas eran nuestras armas victoriosas y las suyas
vencidas confundiéndose unas con otras a modo
de nidos como celdas,de celdas como abrazos,
de abrazos como grillos en los pies y en las manos.
Dejamos de girar con una rara sensación de vergüenza,
sin conseguir formularnos otro reproche que
 el de haber postulado a un éxito tan fácil.

La rueda daba ya unas vueltas perfectas,
 como en la época de su aparición en el mito,
como en su edad de madera recién carpintereada
con un ruido de canto de gorriones medievales;
el tiempo volaba en la buena dirección.
Se lo podía oír avanzar hacia nosotros
mucho más rápido que el reloj del comedor
cuyo tic-tac se enardecía por romper tanto silencio.
El tiempo volaba como para arrollarnos
con un ruido de aguas espumosas más rápidas
en la proximidad de la rueda del molino,
 con alas de gorriones —símbolos del salvaje orden libre—
con todo él por único objeto desbordante y la vida —símbolo de la rueda—
se adelantaba a pasar tempestuosamente haciendo
girar la rueda a velocidad acelerada,
como en una molienda de tiempo, tempestuosa.
Yo solté a mi cautiva y caí de rodillas, como si hubiera envejecido de golpe,
presa de dulce,de empalagoso pánico como si hubiera conocido,
 más allá del amor en la flor de su edad,
la crueldad del corazón en el fruto del amor,
la corrupción del fruto y luego...
el carozo sangriento, afiebrado y seco.

¿Qué será de los niños que fuimos?
Alguien se precipitó a encender la luz, más rápido que
el pensamiento de las personas mayores.
Se nos buscaba ya en el interior de la casa,
 en las inmediaciones del molino: la pieza oscura
como el claro de un bosque.
Pero siempre hubo tiempo para ganárselo
 a los sempiternos cazadores de niños.
Cuando ellos entraron al comedor,
allí estábamos los ángeles sentados a la mesa ojeando
 nuestras revistas ilustradas
 —los hombres a un extremo, las mujeres al otro—
en un orden perfecto, anterior a la sangre.

En el contrasentido de las manecillas del reloj
 se desatascó la rueda antes de girar
y ni siquiera nosotros pudimos encontrarnos a la vuelta del vértigo,
cuando entramos en el tiempo como en aguas mansas,
serenamente veloces;en ellas nos dispersamos para siempre,
 al igual que los restos de un mismo naufragio.
Pero una parte de mí no ha girado a compás de la rueda,
 a favor de la corriente.
Nada es bastante real para un fantasma.
Soy en parte ese niño que cae de rodillas
dulcemente abrumado de imposibles presagios
y no he cumplido aún toda mi edad
ni llegaré a cumplirla como él
de una sola vez y para siempre.

autógrafo







Enrique Lihn Carrasco (Santiago3 de septiembre de 1929 - ibídem10 de julio de 1988) fue un escritorcrítico literario y dibujante chileno, mayormente conocido como poeta, pero que también escribió ensayos,cuentosnovelasobras de teatro e historietas. Es autor de una extensa obra que abarcó casi cuarenta años.
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jueves, julio 09, 2015

12 años de Valparaíso, Patrimonio Cultural de la Humanidad

El domingo 5 de julio,  se celebraron los 12 años de Valparaíso, Patrimonio Cultural de la Humanidad. El 2003, la ciudad puerto fue distinguida por la Unesco.



 Ubicación

Valparaíso está situado a 120 kms al N.O. de Santiago, es la capital regional y la capital legislativa del país. 

Se accede a través de la Ruta 68 desde Santiago y esta misma ruta la conecta a la altura de Casablanca, con camino secundario a los diferentes balnearios del litoral central. La Ruta 60 la conecta con Los Andes y la ciudad de Mendoza (Argentina). 


Historia 

Antes de la llegada de los conquistadores, la bahía de Quintil, estaba poblada por pequeños grupos de índigenas pescadores que ocupaban los valles y la costa. Changos que dependían de Tanjalonco, señor de los Indios de Quillota y del curso inferior del río Aconcagua. Hasta aquel momento, la región formaba parte del sector sur del imperio incaico. 


En 1536, el capitán don Juan de Saavedra subalterno de don Diego de Almagro, fue el primero en descubrir la bahía de Alimapu en la que desembocaba el valle de Quintil, quien admirado por su belleza la denominó Valparaíso, en recuerdo de su tierra natal. 



Don Pedro de Valdivia funda Santiago de Chile en 1541 y designa a Valparaíso como Puerto Oficial de la ciudad capital del Reino de Chile, Santiago, el 13 de septiembre de 1544. Sin embargo, sólo fue lugar de arribo para naves procedentes del Perú y pasarían bastantes años antes de ser habitado por los españoles. Sólo en 1559 comenzó a delinearse un esbozo de ciudad, partiendo de una iglesia construida en el actual emplazamiento de la Iglesia La Matriz. 

Desde diciembre de aquel año hasta 1615, diversos corsarios y piratas ingleses tales como Francis Drake y Joris Spilbergen, saquearon y destruyeron la aldea repetidas veces, apoderándose del oro que se enviaba al Perú. Por esta razón el Gobernador Oñez de Loyola inició en 1594 la construcción del primer reducto fortificado colonial llamado el “Castillo Viejo”, al pie del actual cerro Artillería. Luego en 1616, se ordenó la creación del Corregimiento de Valparaíso y en 1682 se le declaró Plaza Militar con varias fortalezas, como el “Castillo San José” en el cerro Cordillera, donde residía el gobernador de la Plaza. 

Las exportaciones desde el puerto de Valparaíso se incrementaron en la segunda mitad del siglo XVIII, destacándose productos tales como vino, sebo, carne salada, cueros y quesos que se enviaban al Perú. La importancia que adquirió el puerto también se debió a la llegada de navíos desde España. La mayor actividad se presentaba en verano hasta otoño y en invierno se cerraba por el frecuente mal tiempo. Ya en 1730 existían unas 100 casas y 4 iglesias. En 1789 y 1791 se constituyó un Cabildo el que en 1802 logró del rey el título de “Ciudad de Nuestra Señora de las Mercedes de Puerto Claro”. 



A fines del siglo XVIII Valparaíso contaba ya con su Cabildo. Su población era importante y por el puerto se realizaba un comercio de consideración. Merecía un ascenso en el escalafón geográfico y hasta un escudo. Así, por lo menos lo comprendió don Ambrosio O’higgins, a la sazón Gobernador de Chile, y lo hizo presente al Rey de España en una de sus cartas, el año 1789; mas pasaron los años y del poderoso monarca nada se sabía que tuviera relación con este asunto. 

Recién el 9 de marzo de 1802, por Real Cédula se otorgó el título, el blasón y el estandarte correspondiente. La documentación llegó a Chile en el año 1811 cuando ya se producían los cambios del período de la Independencia. 




El Cabildo porteño creyó necesario someter esta delicada cuestión al parecer del Congreso Nacional que en aquellos meses realizaba sus primeras sesiones. La aplicación de la Real Cédula de 1802 fue aprobada por Decreto de 9 de agosto de 1811, firmado por el presidente don Manuel Pérez Cotapos y el vicepresidente don Juan Cerdán, del Primer Congreso Nacional, que desempeñaba también el poder ejecutivo, firmando como secretario don Agustín Vial Santelices, diputado  por Valparaíso. 

El 28 de noviembre de 1811, el Cabildo de Valparaíso tomó conocimiento de esta aprobación y mandó aplicarla. Inmediatamente se dispuso que los mejores artistas de Santiago fueran encargados de bordar y pintar el escudo y estandarte real, que dieron a la población el título de “muy noble e ilustre ciudad”. 



El escudo quedó constituido por los siguientes elementos:
- Sobre fondo de oro, base olas, azul, que representan la calidad de puerto.
- Sobre las olas, rocas, un castillo gris, que simboliza la calidad de plaza fuerte.
- Sobre el castillo, la imagen de Nuestra Señora de Las Mercedes de Puerto Claro, patrona de      Valparaíso, con túnica blanca, manto azul claro, imagen sin niño.
- El conjunto va insertado en una águila de color oscuro que representa el águila de San Juan, del escudo de los Reyes Católicos.  

A partir de la Independencia y de la Libertad de Comercio, Valparaíso se convierte en escala obligada de las rutas marítimas que venían a las costas e Islas del Océano Pacífico desde el Océano Atlántico, ya sea por el Estrecho de Magallanes como por el Cabo de Hornos,  cuadruplicando  su actividad comercial con muchos países. Además, se forma  la Marina Mercante Nacional. 

En 1831, Valparaíso llegó a tener 24.000 habitantes, 52.600 en 1854 y 121.600 en 1895. En 1905 tenía 162.000 habitantes de los cuales unos 12.000 eran extranjeros. 



A partir del siglo pasado Valparaíso ha mantenido un constante progreso, instalándose la primera línea telefónica, una de las primeras líneas férreas del país, tranvía, telégrafo, alumbrado público a gas y eléctrico, gas de cañería, ascensor, bomberos, astillero, dique flotante, banco, etc. Además fue fundado "El Mercu­rio de Valparaíso" en 1827, por Don Pedro Félix Vicuña, padre de Don Benjamín Vicuña Mackenna. Desde 1860, ingleses, alemanes, franceses, italianos y norteamericanos, se instalaron construyendo bellas edificaciones y manejaron el comercio de importación, incorporando importantes capitales en la minera salitrera. El desarrollo financiero y comercial-industrial quedó en manos de una emprendedora burguesía porteña que hizo de esta ciudad la capital económica de Chile hasta 1910.  



En 1866, el desarrollo y auge alcanzado por Valparaíso se vió interrumpido por el bombardeo de la escuadra española, que destruyó e incendió gran parte del sector portuario, el que luego fue reconstruido y nuevamente fortificado. El Puerto, a pesar de su importancia, no contaba con maquinarias, muelles, grúas y líneas férreas hasta la década de 1870. Las mercaderías se transportaban en botes y chalupas a fuerza de brazos en las espaldas de fuertes jornaleros. 

La Guerra Civil de 1891 dejó un amargo recuerdo por los fusilamientos, el desenlace trágico después de la batalla de Placilla y por los duros cañoneos entre la escuadra congresista sublevada contra el presidente Balmaceda y las fortificaciones costeras. Por otro lado, el gran terremoto de 1906 destruyó casi todo el Almendral y nunca se supo el número exacto de víctimas. La reconstrucción del Almendral permitió el ensanche de calles y la creación de tres amplias avenidas: Pedro Montt, Colón y Errázuriz y de esta forma, la ciudad adquirió las características arquitectónicas y urbanísticas actuales. 



Este primer puerto de la nación, ofrece gran variedad de lugares hermosos y pintorescos, como plazas, cerros, barrios, caletas pesqueras, playas, avenidas, calles llenas de recovecos que ofrecen  al visitante paisajes plenos de grandeza, hermosura y tipicidad. Su gente, se entremezcla con la marinería y tripulaciones de las más diversas nacionalidades, agregándole a la ciudad un marcado carácter cosmopolita. Punto de partida, además, de excursiones a pintorescos lugares como la Isla de Pascua, Archipiélago de Juan Fernández e interesantes puntos del interior; cuenta con hoteles y restaurantes que siempre pueden ofrecer comidas típicas o internacionales.

Desde el soberbio espectáculo del anfiteatro gigantesco que despliegan sus 44 cerros sobre la bahía, hasta cada rincón de sus callejuelas escondidas, Valparaíso siempre  tiene algo nuevo que ofrecer al visitante. El paisaje espléndido y majestuoso de día, se vuelve mágico de noche, cuando desde los cerros la ciudad brilla en millones de luciérnagas que se reflejan en la bahía.

Valparaíso, que ha sabido mantener sus tradiciones, es una fuente inagotable de inspiración para escritores, poetas, músicos, pintores y en general para los amantes de lo  bello y lo romántico.

Valparaíso fue la fuente de inspiración de Neruda, al igual que para muchos otros artistas, que a través de su arte reviven el esplendor de sus hermosas calles y almacenes antiguos.
Éstos son fuentes de la bohemia porteña, una bohemia que se caracteriza por la llegada de estudiantes que recorren sus calles con el fin de culturizarse en las antiguas casas y museos de la ciudad que Pablo Neruda ocupó para inspirarse en sus poemas porteños.

También ha sido objeto de crónicas e historias y el tema central de películas, cantado por artistas como Víctor Acosta, Desiderio Arenas, Ángel Parra, Osvaldo “Gitano” Rodríguez y Dióscoro Rojas y es el escenario principal de novelas como “Valparaíso, la ciudad del viento” de Joaquín Edwards Bello, “Lanchas en la bahía” e “Hijo de ladrón” de Manuel Rojas y “Valparaíso, puerto de nostalgia” de Salvador Reyes.



Es una de las ciudades más fotografiadas del mundo. Son muchos los pintores que la han representado y son numerosos los escritores que han nacido en ella. Es una ciudad que invita a la “poiética”, al deseo de crear. Esto puede explicar que durante el siglo XX, unos 100 textos poéticos le han sido dedicados no solamente por autores famosos como Rubén Darío y Pablo Neruda, sino por otros sesenta autores, en gran parte desconocidos, que la han homenajeado con sus poemas.




Valparaíso, como ciudad patrimonio de la Humanidad, es visitado por turistas de todo el mundo, quienes buscan empaparse con su cultura, arquitectura, vivir su bohemia y descubrir la musa de los poetas.





Pablo_NerudaPablo Neruda (Neftalí Ricardo Reyes Basoalto)
Su prestigio internacional fue reconocido en 1971, año en que se le concedió el Premio Nobel de Literatura
Vicente HuidobroVicente Huidobro
Uno de los cuatro grandes poetas chilenos del siglo veinte, junto a Gabriela Mistral, Neruda y De Rokha, a quien siempre se le negó el Premio Nacional de Literatura, a pesar de sus grandes méritos.
María Luisa BombalMaria Luisa Bombal
En París, "ciudad luz", se acercó a los círculos culturales y artísticos de vanguardia y se empapó de literatura, iniciando su carrera literaria junto con su regreso a Chile, en 1931.
Adolfo Couve RiosecoAdolfo Couve Rioseco
Premio de la Crítica 1989, especialidad Literatura, Círculo de Críticos de Arte de Valparaíso, por su libro "La copia de yeso".
Eduardo EmbryEduardo Embry
Eduardo Embry nació en Valparaíso, en 1938, y reside en Southampton, Inglaterra. Especialista en los orígenes medievales y renacentistas de la poesía hispanoamericana. Ha publicado Los ángeles caídos (1964), y Poder invisible (1974).
Sergio Badilla CastilloSergio Badilla Castillo
Poeta chileno. Nació en Valparaíso el 30 de Noviembre de 1947. Poeta, narrador, traductor y escritor. Creador del transrealismo poético y promotor del movimiento transrealista en la poesía actual.
Ha sido traducido al sueco, inglés y francés. Ha ganado los premios Hucke y Foro Cultural Republicano, en Chile, Colmena y Sayago de España y varias veces fue galardonado con la beca del Consejo de Cultura Nacional de Suecia.
Osvaldo Rodrguez MussoOsvaldo Rodríguez Musso
Nació en el pasaje Mutilla de Playa Ancha, en Valparaíso, el 26 de julio de 1943, y es más conocido por su apelativo de "Gitano Rodríguez". Cantautor y poeta chileno, creador de la peña de Valparaíso, y autor de la célebre y popular canción dedicada a su ciudad natal.
Joaqun_Edwards_BelloJoaquín Edwards Bello
Nació en Valparaíso en 1887. Cronista y narrador, obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1943 y el Premio Nacional de Periodismo en 1959.
Claudio Zamorano CameronClaudio Zamorano Cameron (1947)
Juan Cameron, periodista y poeta, cuya obra y trayectoria literaria aparecen estrechamente vinculadas a Valparaíso, su ciudad natal. En su obra abundan referencias a distintos aspectos de la vida cotidiana del puerto, abordados a través de un lenguaje directo y a menudo coloquial, que denota influencias de la antipoesía.
Luis OssaLuis A. Ossa Gajardo
Nació el 20 de septiembre de 1940 en el puerto de Valparaíso
Poeta chileno, periodista, humanista, crítico literario, compositor musical y libretista radial.
Alfonso Larrahona KstenAlfonso Larrahona KästenNació en Valparaíso en el año 1931. Poeta, ensayista, dramaturgo, antólogo y profesor emérito de la Universidad de Chile. Ha publicado cerca de treinta poemarios en Chile, Uruguay y Estados Unidos.
Rubén DaríoRubén Darío (Félix García Sarmiento)
Poeta nicaragüense, máximo representante del Modernismo literario en lengua española. Es posiblemente el poeta que ha tenido una mayor y más duradera influencia en la poesía del siglo XX en el ámbito hispánico. Es llamado príncipe de las letras castellanas.
Desembarcó en Valparaíso en 1886 y residió en el puerto entre febrero y septiembre de 1887, donde participó en varios certámenes literarios.
Manuel Peña MuñozManuel Peña Muñoz
Nació en Valparaíso en 1951. Narrador, crítico, investigador, doctor en Filología Hispánica.
Conocido estudioso de la literatura y el folklore infantil de Chile y de Latinoamérica, es una celebración del universo lúdico de la niñez, de los títeres y de los personajes de los viejos cuentos infantiles.
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Fernando LambergLuis Fernando Lamberg Carcovich
Nació en Valparaíso, el 7 de junio de 1928. Fue profesor y escritor de amplia trayectoria tanto en Chile como en Venezuela, cuenta con una vasta producción literaria en los géneros de poesía, cuento, fábulas, teatro, novela y ensayo.
Camilo MoriCamilo Mori
Nació en la subida Carreta (Cerro Santo Domingo), Valparaíso, el 24 de septiembre de 1896.
En su larga vida artística, evolucionó de la tendencia realista de Fernando Álvarez de Sotomayor a telas no objetivas y al "pop", que realizó en los años sesenta.
Camilo Mori recibió destacados premios durante su vida y ha sido merecedor de varios homenajes después de su muerte.
LukasRenzo Pechenino (Lukas)
Aunque italiano de nacimiento, supo captar y reflejar, con absoluta síntesis la esencia del país que eligió como propio. En el curso de su trayectoria profesional recibió numerosas distinciones. El Gobierno, en reconocimiento a su extraordinaria labor como periodista, dibujante, pintor y caricaturista, le otorgó la ciudadanía chilena por gracia en 1987.




Fuentes:  reseña histórica: www.valparaisochile.cl
                  reseña de artistas: wikipedia