jueves, octubre 30, 2008

La hoguera



Todo empezó en tu oficina. Encendiste el fuego que creí que estaba apagado, que creí
haber dejado atrás. Comenzaste con miradas, con insinuaciones, para finalmente
llevar a cabo tu locura demoníaca. Sólo me bastaron segundos, aunque hubiera deseado quedarme allí, para consumar nuestro ardiente juego.Caminamos juntos hasta el paradero, tu bus se acercaba,nos despedimos y te dejé .



La noche estaba fría, pero mi cuerpo y yo, habíamos sido apoderados por tus juegos. Cerré las cortinas de mi pieza, para imaginar que estaba la noche encima de mí. Encendí la radio y un par de inciensos, me saqué la ropa, y me dispuse a viajar.


Imaginé que estabas a mi lado, tocando mis cabellos y rozando mis orejas. Luego bajas a mi cuello, tus manos descienden y se quedan jugando con mi pechos. Siento tu lengua trepar, deslizarse hasta mi pubis y se detiene en mi brasa de fuego. Entonces comienzas a moverte, a llevarme de aquí, a recordar noches de antaño, noches que mi cuerpo guarda muy dentro de mí.

Comienzo a gemir, a gritar , maldecir; la pasión comienza a hablar y no calla, le cuesta deshacerse...Tiembla mi cuerpo, tiemblo yo; tiemblo al sentir tanto deseo dentro de mí, y como él doblega mi resistencia.

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