viernes, julio 25, 2008

Dulce venganza


No pude evitarlo, una parte de mí -mi lado oscuro- me pedía a gritos que lo hiciera. Cuando estaba enviado el mensaje, un leve arrepentimiento iluminaba mi mente, pero era tarde, ya se había enviado.

Todo iba funcionando tal cual yo lo había planeado. Nos juntamos, conversamos camino al salón. Te vi, pero no me acerqué, no tomé en cuenta tus miradas, tus idas a la sala de atrás, porque esta vez quería que probaras un poco de tu propia medicina, que supieras como se siente; incluso cómo me sentí yo.

No sé, por qué tan de pronto me brotó este sentimiento. Muchas veces dudé en despertarlo, aunque ayer algo me decía que debía hacerlo, sin pensar. Y lo hice siguiendo mi intuición. Antes me surgían muchas dudas por este instinto tan animal. Me sentía rara, tan básica; un sujeto que se fía de un instrumento tan precario, por qué no decirlo: Venganza.

Hoy me he dado cuenta, por muchas circunstancias, que tengo un don y debo utilizarlo, es una ventaja, puesto que somos muy pocos los que poseemos un sexto sentido tan desarrollado o como quieran llamarlo, y siento que no debo desperdiciarlo, hoy más que nunca debo emplearlo a mi favor.

2 comentarios:

Lucas.- dijo...

Holas!

Como nadie comenta esta belleza!? que pasa?! la gente se intimida... nah..

Muy bueno querida esto.

Sls.

poettissa dijo...

Lucas:

Gracias por pasar, tanto tiempo. No lo sé, quizás los chilenos son un poco más tímidos que nuestros demás hermanos latinoamericanos jajaja.
Un abrazo