sábado, mayo 21, 2011

Hidroaysén



La tierra grita.
La tierra sangra.
Pero, sólo unos pocos
sienten la angustia:
La gente que sabe del dolor.
La gente que no tiene un techo,
la gente que tiene un miserable sueldo,
la gente que tiene deudas,
la gente que no tiene trabajo.
La gente que sabe que la vida
es lo más preciado.

Es triste ver,
que aquellas personas
que suelen decir
que legislan para el pueblo,
no escuchen la voz, el grito
de ese pueblo que dicen escuchar.

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