En la mesa un espacio se dibuja,
el vino envuelve la tristeza,
las empanadas mitigan el dolor,
el mote con huesillo pasó desapercibido,
los pañuelos no se elevan al viento.
Ya no es el mismo dieciocho.
La casa está silenciosa,
los niños juegan con disimulo,
los bailes son desechados.
La cueca se escucha desde el cielo
y mi tío la baila con los muertos.
2 comentarios:
Hay golpes en la vida tan fuertes... yo no sé
ASÍ ES... AÚN ESTOY REPONIÉNDOME DEL DOLOR. UN ABRAZO
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