
Pasan los días y los minutos
y me vuelvo la mujer que odio.
Ese mujer que entrega
sin esperar nada a cambio,
que se apropia de un mundo
que no es la de ella,
que no enfrenta sus miedos
y naturaliza su conducta.
No quiero caer en justificaciones
o culpas baratas
ni traumas no resueltos.
Lo único que me atrevo a hacer
es enfrentar mi realidad
hoy y no mañana.
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