
Escondida en mi habitación,
me acaricia mi viento;
mi viento de Venus.
Contagia mi pieza
y también mi vida.
Ella danza entre tus visitas,
compañía y conversaciones.
Cada segundo junto a él,
brota más eterno;
nada es como solía ser.
Como un atril vacío,
en el cual se vuelve a componer,
mi corazón reposa
después de la enfermedad.
Mi cama ha perdido la frialdad,
y me cobijo entre sábanas cálidas
e inundadas de amor.
En mi ventana ya no se ven días grises,
árboles moribundos
ni palomas solitarias.
Vuleve el color,
vuelve la vida,
vuelve la compañía,
vuelve mi viento del sur;
vuelvo a mí,
pero sobre todo: vuelvo a ti.
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