Por qué no escuchaste mis advertencias
Por qué no percataste mis pasos
No te antepusiste a nada
Dejaste pasar una a una las oportunidades
No me detuviste
preferiste dejarme sola esa noche
y con eso mataste lo poco
que quedaba de amor por ti
Me refregaste lo que más te importaba
La neblina desapareció
y como quien despierta
de un coma
empieza a preguntar
y poco a poco
las respuestas llegan
y el remedio es sólo uno
SANARSE O MORIR